Después de dos días de mucho coche y de dormir poco esta
noche salimos de Teulada a las seis de la mañana con ceñida cerrada que se va
transformando poco a poco en viento de nariz, aún así avanzamos a buen ritmo
con el motor hasta que va rolando y nos permite ceñir de nuevo para terminar en
Maretimo con un través agradable
Llegamos a Maretimo sin mayor problema que el de haber
perdido un par de atunes, bueno al menos conseguimos embarcar uno que hizo
nuestra delicias y que ha pasado directamente a la la factoría “Azabache”. El
primero debía ser tan grande que ni el freno de la caña era capaz de frenar
valga la redundancia , al final se partió el hilo que soporta hasta 80
kilos…..
La cena compuesta de ventresca bien fresca con patatas y
cebolla, transcurre mientras contemplamos la puesta de sol. La sobremesa con
buena conversación, dulces y un vino blanco fresquito hace que se nos pase el
tiempo sin darnos cuenta.
La noche transcurrió sin ver ningún barco y con vientos
suaves que junto con la luna llena hicieron la navegación muy placentera. El
amanecer, con la luna roja escondiéndose en el horizonte del SUR mientras el
sol hacia su aparición por el ESTE, queda en nuestra retina.
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