SORPRESA !!!
El fondeadero peligroso, unos cubos de hormigon que están a 0,5 metros de profundidad casi nos dan un disgusto, menos mal que había luz cuando llegamos. Luego, el viento que había bajado cuando llegamos, recobró fuerza. Para más impedimentos, la bajada del dingi a tierra se tornaba impracticable debido a una fila de piedras semisumergidas por toda la costa, casi abortamos la cena en tierra pero finalente encontramos la manera de desembarcar y dar el gusto a Lucía disfrutando de paninis, burguer, patatas fritas etc, mientras yo tenía puesto el ojo en el barco, suerte que el restaurante estaba a pie de mar y había una buena vista mientras duró el atardecer, después la luz de fondeo no se alejaba......
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