Madrugamos para devolver el coche y organizarnos para
zarpar. Hoy empieza nuestro periplo por mar, todos tenemos ganas de navegar y
disfrutar del agua. El coche y los dos días que hemos tenido de tanta visita
nos tiene cansados. Antes de partir hago un conejo a la Maltesa, bueno entre
Maltesa y Azabache pues en vez de guisantes le hemos puesto pimiento rojo y
verde.
Salimos de Valletta puntuales, antes de salir hacia el Sur
recorremos todas las mangas de este puerto para ver bien el lugar, esta vez
desde el mar que siempre es distinto. Nos comemos el Conejo en la punta de Senglea
amarrados a un par de boyas, según la tripulación estaba exquisito :) Los maxicruceros salen del puerto usando su potentes
pitidos que aceleran el corazón del más pintado. Un baño y salimos hacia
Marsaskala donde nos quedaremos a dormir. Una vez en Marsaskala montamos el dingui y exploramos el
lugar donde hay miles de barquitas de pescadores. Unos helados nos dan las
fuerzas para continuar el paseo y regresar al barco donde nos espera un
gintonic. Mientras contemplamos la puesta de sol un pescador lanza y cobra sus
redes, se respira paz.
Un último baño mientras Esther prepara unas croquetas de
ventresca nos refresca para pasar la noche.
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