Una vez arriba tenemos suerte y podemos entrar en la hermita, está tarde habrá una boda. Es la primera vez en 20 años que puedo conocer su interior!!!
La bajada al puerto discurre ligera y con buena conversación. Una vez en el barco el Ángelus con las anchoas bajo el toldo es algo que no tiene precio.
Me veo obligado a realizar mi última gestión de trabajo ( eso espero) antes de la largada, voy a la notaría de Alcocebre mientras Esther y Omar quedan preparando el solomillo de cerdo para comer :) 😁
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