Estamos solos, ahora que ya no hay el típico bullicio de
tripulantes se presta a pensar en que el viaje se está acabando. Comemos
tranquilamente, corta siesta y empezamos a recoger algunas cosillas como la
embarcación auxiliar la cual lavamos con agua dulce y dejamos secar antes de
estibarla en su bolsa y meterla en un camarote.
Entablamos conversación con Gonzalo, un marinero del puerto
que es muy chicharachero. Le gusta mucho el pescado y la pesca, le regalamos un
trozo de mojama. Los otros marineros de la oficina nos han dejado estar en el
amarre más tiempo, hasta nuestra partida de madrugada.
Aprovechamos para dar un paseo por la zona y el club náutico
donde vemos distintos veleros que nos hacen soñar. Pronto anochece, es hora de
darnos un homenaje. Hoy también fuimos a la Lonja y a comprar algunas cosillas
que nos faltaban.
Cenamos los fabulosos boquerones que sobraron de ayer y un
magnífico filete de lomo que hacemos a la plancha encima de una cama de
albahaca, un manjar…… lo regamos con la botella de cava que nos regalaron
Carmen y Joan (buenísimo)
A las cuatro de la madrugada salimos de este lugar tan
tranquilo y que en los últimos años se ha convertido en puerto de recalada
obligatorio.
El viento nos ayuda, navegamos a seis nudos hasta las nueve de
la mañana que deja de soplar quedándose una brisa de popa de 5 nudos que no nos
abandonará hasta La isla de Columbretes. Con este panorama queda claro que la
motorada está servida, menos mal que el mar viene a son y el motor a 1500
revoluciones nos lleva a cinco nudos. Incluso bajo el toldo se siente el calor,
que sería sin toldo……. De vez en cuando
nos bañamos en la escalera sin parar el motor para no perder tiempo y llegar de
día a Columbretes.
A dos millas de columbretes suena la caña, debe ser muy grande,
le dejamos en la caña para que se canse un poco, pero el pez sigue tirando del
hilo….. no queremos perder tiempo con la pesca, queremos llegar con las últimas
luces a Coolumbretes, freno un poco más el carrete jugando a vida o muerte,
finalmente el pez da un tirón fuerte y se suelta de la rapala. Esther me mira
con cara de descanso, sabía que si lo embarcamos habría mucho trabajo….
La llegada a la Isla y el amarre a la boya se realiza sin
problema. Hoy bucearemos de noche, como despedida. Los meros y demás peces
campan a sus anchas por doquier, duermen plácidamente hasta que un extraños
alumbra con la linterna mientras piensa en el fusil y en lo ricos que estarían
al horno……bueno somos comedidos y vamos sin armas, es lo lógico, hay que pensar
que si se dejan “tocar” es porque en este lugar no están amenazados.
Columbretes tiene personalidad propia, y un cuchareo en su
olla que SIEMPRE nos recibe……la noche la pasamos en los bancos de la bañera
dando tumbos con el típico mar de fondo….. todo tiene su precio.
Salimos de buena mañana a la vez que lo hace el sol. Cuando
doblamos el faro de la Isla saco de nuevo la caña, Esther me mira horrorizada….
No quiere ni pensar si pescamos algo. Yo
la pongo pensando en que quizás alguna pequeña llampuga nos pique antes de
llegar a puerto cuando……la caña suena de nuevo!!!!! Ise produce la misma
situación que ayer, estamos fuera de las aguas de la zona protegida, pero no
hay ganas de parar e intentar pescar a esta bestia que tira más que el de
ayer…… esta vez dejo el freno algo mas suelto para que el pez tire y no se
arranque la rapala, pero seguimos navegando a 4 nudos, no queremos perder
tiempo ni quedarnos al pairo con esta ola incómoda. El carrete de vez en cuando
suena soltando cada vez más hilo hasta que decido frenarlo un poco más temiendo que se acabe el
hilo, pero el pez sigue tirando y finalmente consigue desprenderse del
anzuelo…. No se cuánto pesarían los dos últimos peces ni que peces serían pero
se han merecido vivir pues su muerte merecía un tiempo y esfuerzo muy grande
que nosotros no hemos querido emplear.
El cielo está nublado, ahora que lo pienso en dos meses y
medio apenas hemos tenido días nublados y UN SOLO DÍA de lluvía !!!!!! Esto
magnifica la sensación de que el verano y el viaje están tocando a su fin.
Una vez en casita toca invernar el barco, empezamos a sacar cosas de su interior, me recuerda a la ballena de Jonás..... Víveres, libros, electrónica, ropas, mantas, caharros, nevera auxiliar, es un sin parar, creo que mi monovolumen no será suficiente grande para meter todo!!!!!
Este árduo trabajo sólo lo pueden enteder las personas que tengan un barco y naveguen de esta manera, espero que mañana podamos terminar la faena y regresar a Valencia.
Desde aqui quiero mandar un mensaje de gratitud a todos los tripulantes que han participado en este viaje 2016, ha sido un placer poder compartir el tiempo con ellos en este medio que nos une a todos.
Confío en que este viaje sea otro más de los muchos que tengan que venir, eso significará que seguiremos vivos con las fuerzas para seguir emprendiendo aventuras.
Buenos vientos y buena mar !!!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario